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Hierve el agua, un lugar paradisíaco

Cascadas petrificadas, montañas inmensas, aguas termales, acantilados naturales y vistas espectaculares conforman este destino turístico dentro de la sierra oaxaqueña, atrayendo mentes aventureras y ojos curiosos de todas partes del país y del mundo.

El nombre de este lugar deriva directamente de el hecho de que su anatomía desaloja inevitablemente agua caliente, para ser expulsada hacia espacios cóncavos que terminan siendo depósitos termales para el hombre.

Gran parte del encanto de Hierve el Agua es la suma de cascadas petrificadas que se encuentran a la vista. Se estima que éstas se formaron hace miles de años, al estar compuestas por una combinación de minerales como el mármol, la caliza y el aragonito, entre otros. La altura de las cascadas tienen medidas estimadas de diez hasta de treinta metros, complementando de maravilla las vistas hacia la sierra y el horizonte.

La actividad principal, además de la contemplación involuntaria del acantilado y sus alrededores, es nadar en las aguas termales, ya que se encuentran a temperaturas ideales que le dan a las visitas un punto de vista único del horizonte. Es sumamente recomendable calcular alrededor de una hora de camino para poder llegar antes de que caiga el sol, ya que la carretera es un poco complicada y la luz del día es necesaria para tener la experiencia completa.

Para llegar a este gran paradero, es necesario dirigirse hacia San Lorenzo Albarradas, situado a unos 50kms de la Ciudad de Oaxaca, y manejar en una brecha muy delgada que rodea varias montañas, siempre volteando hacia la cordillera que se alcanza a apreciar desde cualquier punto. Al llegar a este pequeño poblado, existen diferentes alternativas para todos los gustos. Hay la opción de pasar alguna noche en unas cabañas, y también es posible visitar este lugar en un mismo viaje, al estar tan cerca de Oaxaca. Desde la zona principal salen distintas rutas de caminata que tienen como final diferentes alturas y miradores para apreciar la naturaleza que rodea por doquier. Se puede disfrutar de comida local en varios puntos estratégicos mientras se descansa de los recorridos o simplemente se admira la belleza de Hierve el Agua.