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House Of Malakai

Sombreros y head-pieces personalizados y artesanales se abren puerta en el mundo de la moda como un must en el armario de cualquier trend-setter.

¿Cómo es estar en México, traído por el hotel W como un diseñador, un invitado de honor?
Me gustaría empezar por decir que todo el mundo en el hotel ha sido maravilloso. Ha sido una experiencia muy cálida y cómoda, se volvieron mis amigos instantáneamente.
Me dio mucho gusto que me invitaran. En parte, porque realmente quería venir, ya que una de las personas que vino a ayudarme es originario de la Ciudad de México y ha vivido aquí durante algún tiempo, trabajando en su marca, que se llama EGR. Vivimos cerca en Bali, y hace un año me insistía mucho en que debía venir a México a conocer a mucha gente importante para el mundo de la moda, sobre todo a diseñadores emergentes. Entonces, cuando me invitaron, sentí como si hubiéramos atraído la oportunidad.
También estoy muy feliz de tener la oportunidad de juntar una colección, es la primera vez que lo hago de esta manera. Normalmente son pedidos especiales y personalizados, siempre había querido ver las piezas que he hecho de couture en una exposición. ¡Ver trece piezas juntas es increíble!
Los pedidos especiales toman mucho tiempo y normalmente solo puedo tomarles una foto antes de entregarlos, y ese es el único recuerdo de cada trabajo. Hace algunos meses empecé con un programa de relaciones públicas donde me empujaron a crear algunas piezas para editoriales, ya que estaba perdiendo varias oportunidades para colaborar con revistas porque no tenía piezas específicamente para eso; y cuando las necesitaban, no tenían el tiempo suficiente para esperar a que hiciera una. ¡Toma mucho tiempo! El prepararme para este nuevo programa de relaciones públicas y este proyecto con el hotel W me han mostrado que realmente tengo una espectacular línea de trabajo que mostrar. Es muy emocionante.

¿Tu familia te orilló o apoyó para comenzar en esta profesión?
No, para nada. Mi familia es muy conservadora, son cristianos. Se han vuelto un poco más abiertos por su experiencia conmigo y lo que he traído a su entorno. Siempre tuvieron inclinación hacia el arte, pero mi inicio en esta profesión fue más una cuestión de rebeldía. Fui autodidacta. He hecho algunas cosas the hard way; pero en relación a mis amigos, mi familia y a tener amor en mi vida, creo que siempre he hecho las cosas bien.

¿Cuál es tu proceso creativo para una nueva pieza?
Ahora ya no tanto, pero siempre comenzaba con un boceto. Ahora que he dibujado tantos hay muchas técnicas que he ido adquiriendo y no necesito comenzar desde ese punto siempre. Hago modelos en 3D o pirámides, es muy interesante. Los primeros modelos, los originales, siempre comenzaban con un boceto, después un patrón y de ahí se creaba lo demás. Cada vez tengo más patrones y formas emblemáticas, por lo que ahora, muchas veces, ese es mi punto de partida. Me gusta hacer cosas nuevas, por lo que no encontrarán muchas piezas que haya hecho más de una vez.
Trabajo en Bali, en una pequeña casa indonesia que arreglé como estudio. Vivo ahí seis días a la semana, con otras nueve personas que en realidad trabajan, pero prácticamente viven conmigo. Frecuentemente, después de hacer la forma y el patrón, le paso el sombrero a alguno de ellos. Yo hago todas las formas, pero no podría hacer todo después de eso y darme abasto. Pero eso sí, les enseño exactamente cómo hacer cada paso del proceso para cuidar la calidad de la pieza. La mayor parte de las cosas que han hecho conmigo no las han hecho nunca. Tienen experiencia con diferentes materiales, pieles, etcétera, pero el trabajo en mi estudio es muy artesanal. Mientras más cercanos nos volvemos, mejor trabajamos juntos. Ahora entienden mejor mi lenguaje creativo y eso es muy cool. He intentado hacer outsourcing, pero la calidad nunca es la misma.
En Bali el trato es muy personal, es importante cuidar a las personas con las que trabajas, hay mucho corazón y una conexión muy particular que no sucede en otros lugares del mundo donde hay muchas reglas, leyes y políticas; es diferente.

¿Cómo balanceas tu vida como artista alrededor del mundo y tu vida normal en Bali?
Una parte del tiempo vivo en Brooklyn y he vivido en San Francisco y en Londres. Durante mucho tiempo hice performance art y trabajé como DJ. Es cierto que cuando estoy en Bali por periodos largos, a pesar de ser un lugar muy bonito, siento que me falta interacción con la gente que tiene mis mismos intereses. Hay mucha gente que está en el mismo medio, tengo muchos amigos talentosos, pero no es lo mismo que todo un entorno. Estuve en Tokio hace poco, la gente es tan novedosa y visionaria. También hice un proyecto en París recientemente, y pienso: “Ok, mientras pueda vivir en Bali y viajar a otros lugares que amo para tener la estimulación creativa que estos lugares y su street fashion me dan, siento que mi vida está bien balanceada”.

¿Por qué sombreros y head-pieces? ¿Por qué no ropa o zapatos?
De hecho, tengo más experiencia haciendo ropa, pero hace tiempo hice un head-piece en el que me tardé siete meses, más o menos. Estaba aprendiendo el proceso de trabajar en Bali, que es muy diferente a trabajar en cualquier otro lugar. Estaba haciendo esta pieza para una editorial, un sombrero decorado con cuentas, al terminarla, me di cuenta de que obtuvo mucha atención. Ya había trabajado con artistas, bailarines, no necesariamente celebrities pero performers, y poco a poco comenzaron a llamarme para pedirme que les hiciera alguna pieza. Después de eso me dieron un consejo que cambió mi vida: que me enfocara en los sombreros y head-pieces por un minuto, que me enfocara en ese tema. Decidí escuchar.
También estoy muy obsesionado con la calidad, al punto de que algunas veces alguna pieza no es necesariamente redituable en la cuestión económica, pero no puedo sobreponer esa cuestión a la calidad. En los sombreros realmente puedes mantener la calidad y no estás tan limitado en telas. Me pareció un fantástico inicio como stylist. Los head-pieces son tan elaborados que sirven perfectamente para editorial y me gusta mucho mezclar los diseños con la música y con el street fashion, por lo que, a pesar de ser muy conceptuales, entran completamente en una línea urbana de moda. Para mí, es abrir una puerta nueva, pero no puedo esperar para expandirme e iniciar una colección completa con ropa y accesorios.
Esta vez hice algunos accesorios también, normalmente se debe esperar algunos meses para exponerlos y comercializarlos, pero la gente los quería ya, y pensé: ¡¿Por qué no?! Hay una parte de mí que prefiere estar fuera de las reglas.

¿En qué tiendas podemos encontrar tus diseños?
Candy en Tokio, Lane Crawford en Hong Kong, Atrium en Nueva York, Church y Shop Fatal en Los Ángeles, además de algunas otras tiendas, todas muy cool. En algunas solamente pensé que dejaría algunas piezas de las más creativas, por ser tiendas muy bonitas; pero en menos de dos semanas se vendieron todas y me pidieron más. Antes no podía cumplir con la demanda, pero poco a poco estamos lográndolo. Estoy trabajando también en tener más material para publicaciones, soy una persona muy visual y me emociona mucho ver cómo artistas, stylists y fotógrafos utilizan mi trabajo.

¿Cuál ha sido el mayor reto de algún proyecto en el que hayas trabajado?
Estoy acostumbrado a la presión desde que trabajaba en shows. Siempre terminas haciendo tu traje en el último minuto, ensayando toda la noche y cosas como esas. Hice el comercial de H&M con Beyoncé, por ejemplo. Bea Akerlund, una increíble stylist sueca, fue elegida para el proyecto y me contactó para trabajar con ella; pero para el momento en el que se confirmó el proyecto, me quedaban diez días para hacer cuatro head-pieces, ocho sets de alas para los bailarines y varias piezas más. Fue un gran reto, pero en la moda siempre es así: “Necesitamos blablablá para MAÑANA”. Para mí lo importante es el aprendizaje y, sobre todo, saber decir “No” cuando no es posible. A veces, por el proyecto, como artistas, nos rompe el corazón decir que no, pero es más responsable hacerlo.

¿Con quién te gustaría colaborar en un futuro?
Me gusta mucho colaborar, en general, pero no se me ocurre un ejemplo en particular. Hay personas a las que me gustaría mucho darles un regalo, crear algo para ellas en particular, porque son mis musas, como Björk o Grace Jones, son íconos.

¿Te gustaría hacer algo en México?
¡Me encantaría! Pero, definitivamente, necesitaría aprender más sobre el país. Obtengo inspiración de fuentes muy diferentes, desde aliens y ciencia hasta tribus y culturas indígenas. Para terminar mi viaje voy a ir a conocer las pirámides; espero grandes cosas de esa visita.