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Lago Di Como

Sinfonía Romántica al borde de los alpes

Texto y Fotos por Patrick Monney

Si muchas de las novelas pasionales de finales del siglo XIX elegían como escenarios de sus dramas los lagos de Italia del norte, se debió a su fastuosidad, donde los picos accidentados de los Alpes perforan el cielo azul y las tormentas negras amenazan la calma del agua; donde las montañas caen en los lagos que las reflejan y la nieve pinta las laderas sin atiborrar las palmas y camelias que adornan las orillas.

Las elegantes villas se miran en el espejo índigo del lago mientras los pueblos alzan sus campanarios sobre sus casas que caen en cascadas hacia los pequeños puertos. Esos lagos son un espectáculo donde retumba el alma romanesca y llora el corazón, los pueblos son el fondo de las intrigas amorosas que llenan las venas de las villas resplandecientes. Sus nombres son la dulce música que acompaña su historia antigua y hacen soñar. Así había inventado mi viaje, leyendo las novelas de Stendhal, (La cartuja de Parma), el poema de Lamartine “Le Lac”, sabiendo que Goethe vivió en el lago di Garda, viviendo la fábula de Los novios de Alessandro Manzoni, y decidí instalarme en el lago di Como.

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LAGO DI LUGANO

Venía de Zurich, pasé por el soberbio lago Lugano escondido entre altas montañas, animado por la elegante capital del cantón suizo de Ticino. Los aristocráticos edificios adornan la orilla del lago con sus marinas, y la catedral de San Lorenzo, la iglesia de Santa Maria degli Angioli con el fresco de la Pasión de Cristo de Bernardino Luini, el Palazzo Civico, el Palazzo Riva y la Villa Favorita son sus tesoros.

Seguí la costa norte adornada por hermosas villas y entré a Italia para descubrir los encantadores pueblos de Oria, San Mamete, Cressogno y Porlezza, que vibran con sus buenos restaurantes y la música italiana. Sentía el calor del sur, las pastas, pizzas y risotto se anunciaban, el paisaje era hermoso. En Porlezza visité los restos de su muralla medieval, la iglesia de San Vittore il Moro con su altar barroco, la iglesia románica de San Michele del siglo XII, y en Cressogno descubrí el santuario de Nostra Signora della Caravina con sus frescos del siglo XVII. Desde el pueblo de Cardano disfruté de la soberbia vista sobre el lago di Como, con sus empinadas montañas que encierran el agua azul oscuro, antes de bajar a Menaggio.

LAGO DI COMO

Menaggio, centro comercial más importante del Alto Lario, fue mi puerta de entrada al lago di Como, el más bello de todos los lagos. Visité el pueblo donde las terrazas de los cafés y heladerías se llenaban de gente disfrutando el sol de otoño, los callejones medievales me llevaban a un paseo dentro del pasado y el pequeño puerto protegía las lanchas del mal tiempo. La iglesia de Santo Stefano, de arquitectura barroca, esconde su origen románico, y la iglesia de San Carlos, del siglo XVII, luce su fabulosa pintura de Vermiglio. Junto al lago descubrí las elegantes villas porticadas, el Gran Hotel y la villa Mylius-Vigoni de estilo neoclásico.

Al norte, me esperaba el encantador pueblo de San Siro, olvidado por los turistas, que duerme al pie del castillo, con sus empinadas calles que bajan al lago, pasando por debajo de las casas. Es un exquisito pueblo donde solo los viejitos caminan por las escaleras o por el muelle. Su iglesia se alza a la orilla del lago desde siglos atrás.

El lago brillaba bajo el sol otoñal, horizontal, surgido del sur y esa luz deslumbraba como la magia del entorno. Regresando hacia el sur por la orilla del lago, me detuve en la Villa Carlotta, en Tremezzo, con sus elegantes jardines escalonados. Construida por el marqués Giorgio Clerici en 1745, la princesa Mariana de Prusia se la regaló a su hija Carlota por su boda. Las fuentes cantaban en sus jardines en terrazas que lucen camelias, palmas, azaleas, limones, y muchas flores exóticas. Las vistas desde los elegantes salones eran espectaculares, admiraba el lago y los pueblos que brillaban en la luz de la tarde al pie de las montañas Grigne. Bellagio centellaba con esa luz dorada.

Alcancé mi hotel, el Grand Hotel Tremezzo, del mismo estilo arquitectónico, con su monumental escalera y sus hermosos jardines escalonados. Fue construido en 1910 y conserva la elegancia de su decorado, sus lujosos salones con sus antiguos muebles, la belleza del final de la Belle Époque, inventado para recibir la ‘crème’ de la aristocracia alemana, inglesa, austriaca y francesa. La vista desde la habitación era majestuosa y abarcaba Punta Balbianello, Bellagio y las montañas Grigne. Desde mi balcón, copa de champaña en mano, disfrutaba el momento sagrado mientras los últimos rayos del sol alumbraban el escenario. Era mágico y cuando la luna llena rebasó la cresta de los montes Grigne, su reflejo acariciaba la superficie del lago para alumbrar con fasto romántico. Eran unos instantes fantásticos, surgidos de otros tiempos y me imaginaba a Charlotte de Prusia navegando sobre las ondas del lago más soberbio de toda Europa. Caminé a la orilla del lago hasta alcanzar el centro del pueblo y cenar en un restaurante típico.

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Al día siguiente, decidí recorrer la orilla del lago para visitar los lugares más relevantes. Hacia el sur, en Tremezzo todavía, admiré las villas La Quiete y la Carlia (que data de 1676), la iglesia de Santa Maria que alberga la Madonna Nera, hasta alcanzar el pueblo de Lenno donde luce la famosa Villa del Balbianello (estrella de las películas Casino Royal y Star Wars Episode II) construida en el siglo XVII, con sus jardines con plátanos, sus columnas y su arquitectura romántica. Visité la iglesia románica del siglo XI con sus frescos.

La isla Comancina se encuentra justo enfrente, con ruinas de las iglesias que han marcado su historia, la iglesia barroca de San Giacomo, y es donde se encuentra el famoso restaurante La Locanda dell’Isola Comancina. Llegué luego al increíble campanario de Santa Maria Maddalena en Ossuccio, uno de los emblemas del lago, al pie del Sacro Monte di Ossuccio sembrado de capillas. Esa iglesia de origen prerrománico, seguramente del siglo II d. C., estuvo anexa a un hospital que albergaba peregrinos en la época medieval. El oratorio luce su arquitectura románica, pero lo que más destaca es su peculiar campanario. Muy cerca se encuentra Giulino di Mezzegra donde Mussolini y su amante fueron arrestados y ejecutados en 1945.

Pasé a Sala Comacina, hermoso puerto con su iglesia adornada de frescos y la elegante Villa de Cesare Beccaria donde se alojó Manzoni. Seguí a Argegno, un pueblo pintoresco atravesado por el torrente Telo donde se alzan la iglesia de Santa Anna y el oratorio de San Rocco, con sus sublimes frescos. Después de pasar varios pueblos y muchos túneles, alcancé Cernobbio donde visité la Villa d’Este, una antigua villa del siglo XVI transformada en hotel de lujo frecuentado por príncipes y actores, donde los salones y habitaciones están decorados con muebles de la época. El pueblo, situado al pie del monte Bisbino, invita a recorrer sus calles empinadas adornadas por elegantes tiendas, cafés y restaurantes, su iglesia y la piazza con su puerto. Es el lugar que eligió George Clooney para comprar su villa.

Entré en la ciudad de Como, al fondo del golfo, para descubrir el centro histórico rodeado por su antigua muralla. Fue un placer deambular por sus callejones donde se siente una vida muy mediterránea, descubriendo sus hermosos palacetes como Villa Olmo y el Duomo, esa imponente catedral que data del siglo XIV y se terminó en 1740. Exhibe una cúpula barroca de Filippo Juvara, su fachada gótica con soberbias esculturas, su impresionante Porta “della rana” y su nave, así como los altares laterales, lucen unos únicos tapices del siglo XVI y pinturas de Ferrari y Luini. Al lado del Duomo encontré el Broletto o antiguo ayuntamiento que data del siglo XIII con su estilo románico-gótico.

Esta hermosa ciudad fue fundada por los romanos en 196 a.C. y su muralla medieval fue construida por Barbarroja. Pasear entre sus callejones es penetrar en un libro de historia y arquitectura, visitando sus iglesias, especialmente San Fedele, del siglo XII, y Sant Abbondio, joyas de estilo románico lombardo del siglo XI.

Dejando Como, seguí hacia el norte por la ribera, disfrutando de una vista soberbia de los pueblos que acababa de atravesar. Avancé por los pueblos de Belvio, Torno con sus iglesias y la magnífica Villa Pliniana, construida en 1573 por el conde Anguissola, gobernador de Como, y donde se alojaron Stendhal, Byron y Rossini. Los encantadores pueblos se sucedían, cada uno más acogedor que el otro, en esa angosta y profunda parte del lago, hasta alcanzar Bellagio, uno de los pueblos más turísticos y concurridos del lago, con sus empinados callejones que llevan al muelle donde se instalan los turistas para comer, disfrutar de la vista con unos helados, gozar del ambiente refinado y recorrer las elegantes tiendas. Aquí comí en Villa Serbelloni, esa maravillosa villa transformada en elegante hotel donde se alojaron Churchill y Kennedy, entre los más famosos. Los ferry llevan a Tremezzo que se encuentra justo enfrente.

Pasando la punta de la península, recorrí el brazo oriental del lago, pasando por Lecco, donde destacan los lugares que menciona Manzoni en su novela Los novios. Seguí por la autopista hasta llegar a Varenna, uno de los pueblos mejor conservados del lago, justo al punto donde se juntan los tres brazos. Sus calles son escalonadas con pasarelas, conservan el aire medieval y llevan a la encantadora iglesia de San Giorgio (siglo XIV) con su magnífico retablo. Destacan también las Villas Cipressi y Monastero.

En las laderas de las montañas se alza el castillo medieval de Vezio, construido sobre una torre romana, con unas vistas espectaculares. Me detuve en Bellano para respirar su ambiente histórico entre angostas calles bordeadas de casas con escudos, y finalmente alcancé la Abbazia di Piona, una hermosa abadía cluniacense escondida en una pequeña península boscosa, rodeada por la majestuosidad de las altas montañas. Su jardín ofrece vistas soberbias y su claustro luce arcos con capiteles de extrañas figuras y frescos del siglo XIII. Su iglesia de San Nicolao está adornada por pequeños arcos y pilastras y el campanario deja sonar su campana como una música inventada por los ángeles de las montañas.

Pasé por Colico, el río Adda, uno de los ríos que alimenta el lago Como, y alcancé la ribera occidental. En Gravedona visité Santa Maria del Tiglio (siglo XII), la iglesia románica más famosa por sus muros de piedra blanca y negra, y su campanario octogonal. En su nave destacan un crucifijo de madera del siglo XII, su suelo de mosaicos del siglo VI y frescos. El fuerte español, en las afueras, fue construido en el 1640 para defender el valle del río Adda.

Regresé al Gran Hotel Tremezzo cuando el sol desaparecía detrás de las montañas, pintando de oro las riberas del mágico lago di Como. La luna surgía, más redonda, y salí a caminar, respirando el aire fresco de la brisa que se deslizaba sobre las olas.

Al siguiente día, con la lancha rápida del hotel, recorrí el lago, disfrutando las hermosas vistas de los pueblos adosados a las montañas, sintiendo el viento que bajaba de las montañas para poco a poco envolver la magia del lago dentro del invierno. La nieve cubrirá las montañas, pero pocas veces alcanzará las riberas con palmeras.

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LAGO DI GARDA

Las verdes colinas de Lombardía me llevaron a Bergamo, al lago d’Iseo y al lago di Garda. Desenzano di Garda es un pueblo estival con su pequeño puerto, y bajo el dominio veneciano en el siglo XV, se vistió de elegantes edificios como el del ayuntamiento, el edificio de Provveditore Veneto y el Duomo que alberga La última cena de Tiepolo. En las ruinas de la villa romana se imponen unos hermosos mosaicos del siglo IV.

Sirmione, el más fascinante pueblo del lago di Garda, se sitúa en una península ocupada por romanos, convertido en fortaleza en el siglo XIII y conquistado por Venecia en 1405. Lo más fascinante del pueblo es la Rocca Scaligera, una fortaleza que protege la entrada al pueblo, rodeada por una ensenada que albergaba los barcos veroneses y luego venecianos, y ahora sirve de marina. Deambulé por los callejones medievales, llenos de gente, visité la iglesia de Santa Maria Maggiore (siglo XV) con sus interesantes frescos, y alcancé las Grotte di Catullo, una enorme residencia construida en los siglos I a.C. y I d.C., donde observé las terrazas, arcadas y hermosos mosaicos de la villa. Su localización en la punta de la península y su tamaño la hacen excepcional, ofreciendo una vista espectacular sobre el lago. El pueblo entero es una verdadera joya encerrada entre esa villa romana y su castillo, un lugar de gran encanto lleno de historia.

LAGO MAGGIORE

Es el más grande de la región con 212 km y 372 m de profundidad, las nieves de los Alpes caen en sus aguas. Pero es otra historia, con sus monasterios, pueblos y villas romanescas y, de algún modo, las nubes negras lo hacían más romántico. Visité Angera, imponente fortaleza medieval; el pueblo de Arona; Belgirate, con sus casas porticadas, dominado por el castillo San Visconti di San Vito (siglo XIII); Stresa, con las villas Sant’Ambrogio y Ducale, donde falleció el filósofo Rosmini. En Isole Bella descubrí el palacio barroco Borromeo, del siglo XVII, con sus jardines escalonados, donde Mussolini se reunió con oficiales franceses y británicos en 1935, y donde se alojó Napoleón en 1797. Visité los pueblos como quien abre las páginas de un libro lleno de imágenes que hacen viajar en el tiempo.

Me sentía a gusto en el lago di Como, inmerso en la literatura romántica del siglo XIX, guiado por Stendhal o Manzoni, escuchando las voces de Goethe o de María Calas, paseando al ritmo de los meandros alados por las notas de los campanarios. Es el lago más íntimo, misterioso y fascinante. Sus pueblos conservan el aire medieval de los cuentos, sus iglesias tocan las campanas para despertar las pequeñas olas del lago y retumbaban por las laderas de las altas montañas.


CÓMO IR

Volar a Milán es el camino más corto

http://www.travelquest.com.mx/

http://www.luxurytravel.com/

[email protected]

DÓNDE DORMIR Y COMER

Grand Hotel Tremezzo

Via Provinciale Regina, 8, Tremezzo CO, Italia

+39 0344 42491

https://www.grandhoteltremezzo.com/en/home/

Villa Serbelloni en Bellagi

Via Roma, 1, Bellagio CO, Italy

+39 031 950216

http://www.villaserbelloni.com/

La Locanda dell’Isola Comancina

Isola Comacina, Como CO, Italy

+39 0344 55083

http://www.comacina.it/

CUÁNDO IR

Desde marzo hasta noviembre.