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Oaxaca: Entre pintura contemporánea y alebrijes

Oaxaca exhala tradición, y probablemente haya llegado hasta tu hogar: en el alebrije que le da el toque excéntrico a tu colección de artesanías, en el mole de la casa de la abuela, en el diseño del tapete en la puerta de entrada… El hechizo de Oaxaca, ciudad de calles empedradas y arquitectura colonial, rebasa los límites de su geografía y se escurre por los recovecos de la vida diaria de cualquier viajero que ha curioseado por sus mercados, tiendas y galerías.

Pero hoy la ciudad no sólo se basa en sus raíces, sino que las extiende y entrelaza con lo moderno en su arte contemporáneo. Oaxaca se ha convertido en un hervidero de artistas provenientes de diversas latitudes. Sus obras están influidas por la tradición e inspiradas en los típicos paisajes del estado, pero también dialogan con múltiples corrientes artísticas.

El resultado es un mundo de texturas en el que te adentrarás libremente: no sólo en galerías y talleres de pintores, sino también en pequeños cafés y bares ubicados en el centro de la ciudad, todos imanes de una bohemia equiparable a la de grandes urbes artísticas.

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Quetzalli, Galería 910 y RaíZes protagonizan la escena artística oaxaqueña y forman parte de nuevos recorridos turísticos; son galerías que abrieron una ventana al mundo para que los ojos de los amantes del arte se posaran en Oaxaca. ¿Su secreto? Lograron dialogar con el entorno y ser magníficos herederos del imaginario de grandes exponentes del arte regional, como Rufino Tamayo o Francisco Toledo.

El encanto de estos sitios radica en que cualquier visitante puede tener una charla informal con los autores y hasta verlos jugar con los colores en sus talleres, como en el caso de Galería 910 y RaízEs. Quetzalli, la más antigua, presume a Toledo como su carta fuerte. Si te permites descubrir Oaxaca a través de su arte contemporáneo, saborearás su esencia y te llevarás un pedacito de su encanto de regreso a casa.

Y pero si eres un viajero más tradicional y llegaste obsesionado con seguir haciendo crecer tu colección de artesanías con las creaciones de la región, siempre estarán aguardando los alebrijes, seres monstruosos, surrealistas, fantásticos, que vivían entre nubes, árboles y piedras, en medio de un bosque inmenso, en las pesadillas que en 1930 comenzó a tener Pedro Linares, a quien se atribuye su creación.

Aquel sueño que Linares tuvo a los 23 años fue producto de una enfermedad que le quitó la vista, la fuerza y hasta la juventud. La creencia, con tintes de leyenda, sostiene que tras el episodio onírico y la visita de un extraño que untó unas cremas oaxaqueñas sobre el cuerpo del enfermo y le dio unos polvos milagrosos, Linares se curó de todos sus males.

Antes de la pesadilla, el artesano de la Ciudad de México se dedicaba a hacer máscaras de diablo y piñatas de cartón, que tras la alucinación, se convirtieron en los alebrijes. Y si en 1930 esas figuras fantásticas vivían únicamente en la fecunda imaginación de Linares, hoy parecen habitar un pueblo entero, a 15 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, en Arrazola.

¿Pero cómo llegaron hasta ahí? Según Miguel Linares, hijo de Pedro Linares, viajaron en 1970 su padre y él, junto a otros artesanos, de la Ciudad de México a Oaxaca para realizar un documental. Miguel no había visto alebrijes en Oaxaca. Los artesanos se inspiraron en las figuras de su padre, pero comenzaron a hacerlos con madera y no con cartón, a partir de las formas que les dictan las ramificaciones.

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En Arrazola, a Pepe Santiago, artesano especializado desde hace más de cinco lustros en la creación de alebrijes de madera, le gusta narrar el proceso artesanal al viajero interesado.  Cuenta por ejemplo que la madera se trabaja verde, por ser más maleable. Después se lija, y sus hijas se encargan de pintar las piezas. La casa entera se ha convertido en un santuario de alebrijes, donde impensables figuras están a la espera de cambiar de entorno, tal vez a tu casa, viajero coleccionista. Ese espacio detonador de asombros se encuentra en Álvaro Obregón 12, en Arrazola.

[toggle Title=”CÓMO LLEGAR”]

La ciudad de Oaxaca cuenta con un Aeropuerto Internacional, con comunicaciones aéreas entre la Ciudad de México, Acapulco, Guadalajara, Tuxtla Gutiérrez, Villahermosa, Mérida y Cancún. Por vía terrestre, desde la Ciudad de México, hay que tomar la autopista de cuota 150 en el tramo México-Puebla, y seguir por la Autopista Número 150-0 Puebla-Córdoba hasta el entronque con la Supercarretera Cuacnopalan-Oaxaca. Desde la Ciudad de México, el trayecto es de 5 horas, aproximadamente.

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[toggle Title=”DÓNDE DORMIR”]

Hostal de La Noria
D. Avenida Hidalgo 918
T. (951) 514 7844
http://www.hostaldelanoria.com

La Casona de Tita
D.García Vigil 805
T. (951) 516 1400 y 1402
http://www.lacasonadetita.com.mx

Casa Oaxaca
D.García Vigil 407
T. (951) 514 4173
http://www.casaoaxaca.com.mx

Camino Real
D.Calle 5 de Mayo 300
T. (951) 501 6100
http://www.caminoreal.com/destinos/oaxaca

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[toggle Title=”DÓNDE COMER”]
La Casa de la Abuela
D.Hidalgo 616, Altos
T. (951) 516 3544

La Capilla Zaachila
D.Carretera Oaxaca-Zaachila Km 14.5
T. (951) 528 6011

Casa Oaxaca
D.Constitución 104-A
T. (951) 516 8531

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Más información: visitmexico.com