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Silence

La película Silence, dirigida por el genio cinematográfico Martin Scorsese cuenta la historia de dos padres jesuitas portugueses que emprenden un viaje a Japón en busca de su mentor, quien supuestamente ha renunciado a su fe, presionado por actos de tortura. Inundados de violencia y persecución el objetivo es propagar la fe cristiana dentro de un ambiente en el que el catolicismo ha perdido toda su fuerza.

En ésta película una vez más encontramos la perfecta mancuerna que han hecho en los últimos años grandes directores junto con talentosos mexicanos, específicamente es el caso del cinematógrafo Rodrigo Prieto y el productor Gaston Pavlovich. Prieto, quien ha participado en la fotografía de películas como “The Wolf of Wall Street”, “Argo” y “Brokeback Mountain” en ésta ocasión y por segunda vez, obtiene la nominación al Oscar en la categoría de Mejor Fotografía.

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En el caso de Pavlovich, dentro de su trayectoria destaca haber escrito y producido el guion de la película “El Estudiante”. En este momento se encuentra en la etapa de pre-producción de la película Irishman, la cual es igualmente dirigida por Scorsese, fue muy popular en el Festival de Cannes del año pasado al pagar 50 millones de dólares por los derechos de exhibición dé esta película.

Tuvimos la oportunidad de platicar con estos grandes talentos del cine mexicano acerca de su experiencia en la filmación de Silence.

Rodrigo Prieto

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¿Cómo es trabajar para Scorsese?

Lo conocí en la sala de su casa e inmediatamente me hizo sentir cómodo. Yo iba intimidado, claro, pero inmediatamente empezamos a platicar de todo más allá de la película y fue muy agradable. Es muy estricto en lo que busca y no se detiene hasta que consigue lo que quiere, es muy riguroso en ese sentido. Cuando está filmando está en su ambiente, está siempre muy contento. Yo disfruto mucho cuando me comparte sus ideas. En Silence, en particular, las locaciones eran difíciles y él se subía a todas las montañas y hacia lo que hiciera falta para estar ahí.

¿Cuál fue tu plano favorito?

Uno que me enorgullece que se haya logrado es donde están tres japoneses crucificados –spoiler, risas- y llega una ola. Lograr hacerlo y encontrar la manera y la logística. No sabíamos cómo lo íbamos a hacer, porque es peligrosísimo. En fin, lo logramos de una manera muy impactante y estoy muy satisfecho.

¿Cómo es  el trabajo de Andrew Garfield detrás de cámaras?

No sé si se le pueda considerar actor de método, pero a Andrew le gusta vivir al personaje. Se preparó como jesuita mucho tiempo, fue a un monasterio a estudiar por tres semanas, y cuando llegó al set era Rodríguez, no Andrew. Tuvo una preparación muy profunda, entonces lo que tú ves en la película son emociones auténticas.

Hay una escena en donde después de mucho tiempo ve a un personaje, que es algo que su personaje ha esperado por mucho tiempo. Entonces pidió no ver al actor durante toda la filmación hasta ese momento, no ensayar la escena, nada. Cuando el momento llegó, rodamos la cámara haciendo un acercamiento de Andrew y su reacción en la toma 1 y es la que quedó. Esa es la técnica de Andrew.

¿Extrañas algo del cine mexicano trabajando en el extranjero?

Extraño los tiempos cuando estaba empezando y trabajaba con mis compañeros de escuela; es una camaradería y una búsqueda para arriesgarse sin saber qué va a pasar. Diciendo esto, también quiero resaltar que intento lograr la misma relación con mis compañeros de trabajo hoy en día. Y con cada película busco descubrirlo otra vez.

¿Cuál es tu opinión sobre otros fotógrafos mexicanos?

No sé a qué se deba. Yo solo puedo hablar de mi experiencia; para mí han sido una inspiración los fotógrafos anteriores a mí. Viendo su trabajo me fui dando cuenta que sí se puede. Ahí está la prueba de que en México se pueden hacer imágenes poderosas. También me inspiraron a buscar suerte internacionalmente, a salir y romper las fronteras. Navarro me apoyó mucho a ubicarme en Los Ángeles, Lubezki también, estoy muy agradecido con ellos.

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¿Cómo te enteraste de la nominación al Oscar y cómo la tomaste?

Fue algo curioso, estaba volando a Taiwán a dar una plática magisterial a la que me habían invitado y en el trayecto de Nueva Zelanda a Taiwán fue cuando salieron las nominaciones. El avión no tenia internet, entonces no me enteré hasta llegar a Taiwán, que fue ocho horas después de que salieran. Cuando me bajé del avión y por fin tuve internet me llegó un mensaje de Mónica, mi esposa, con una foto de la pantalla con las nominaciones. Fue muy especial. Hice un bailecito cha cha cha para mis adentros.

¿Que tanta presión social sientes en traer el Oscar a México dada la situación política?

Yo siento que la nominación en sí es muy especial; si me lo llevo no me voy a quejar, claro. Pero estoy viviendo un momento muy bonito, compartiendo con otros nominados y con mi familia. Es una oportunidad de hablar de la película y de promoverla. A pesar de lo difícil de la producción y el rodaje, disfruté muchísimo de ella y creo que el público también la disfrutará.

¿Has platicado con Emmanuel Lubezki al respecto?

Lubezki y yo somos buenos amigos desde hace mucho tiempo y hemos colaborado varias veces. Hace poco estábamos en la ceremonia de la Sociedad de Cinefotógrafos Americanos y nada más se acercó y me dijo “haz tu discurso cortito”.

¿Hay desventaja camino al Oscar con el premio que ganó la Greig Fraser?

Primero, quiero apuntar que Lion está muy bien fotografiada. Los premios tienden a premiar no lo mejor, pero lo más: la edición con más cortes, la fotografía que más notas. Y aquí premiaron a una excelente fotografía que no se nota; en ese sentido me dio gusto que le dieran el premio.

No tengo idea de porqué se vayan a ir los votantes. Muchas cosas influyen y son factores tan fuera de tus manos, que realmente no tienen que ver con la calidad de tu trabajo. Si me lo dan, increíble, pero si no, no voy a sentir que mi trabajo no es digno.

Gastón Pavlovich

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De todos los proyectos que has realizado hasta la fecha, ¿cuál ha representado el mayor logro y porqué? 

El estudiante por un lado, por mi falta absoluta de conocimiento de cómo hacer cine y el camino de hacerlo realidad. Por otro lado, Silence, que me exigió cada célula de mi ser para lograr producirla. Titánicamente difícil en todos los sentidos.

Dentro de tu trabajo, ¿qué es lo que más disfrutas y cuáles son los mayores retos? 

Lo que más disfruto es ver el proceso de una idea concebida convertirse en una película entera y la cantidad de gente, recursos y esfuerzo que eso requiere. Los mayores retos: hacer con responsabilidad el plan de cada proyecto y mantener unida esa cantidad de gente y lograr los recursos para ver esa idea concebida convertirse en esa película que todos debiéramos visualizar de la misma manera.

¿Tu bautizo en la producción fue complicado, cierto?

En efecto. Llevábamos poco tiempo en Taiwán, a días de iniciar, y se reconstruyó Nagasaki para esta producción. Nos dimos cuenta que un templo estaba desbalanceado, así que pedimos a unos constructores que reforzaran la construcción. Lamentablemente, en este esfuerzo el templo de desplomó sobre dos trabajadores. Uno murió inmediatamente y el otro fue trasladado al hospital en terapia intensiva. Vivió, pero con una problemática fuerte.

Hablé con Scorsese –que estaba destrozado- y volé a Taiwán para lidiar con el gobierno, que detuvo la producción hasta que se hicieran las investigaciones pertinentes. Acompañamos a la familia con el tema del seguro y fuimos al funeral.

Fue un proceso muy fuerte y hubo el riesgo de que la producción se frenara por meses; afortunadamente todo se aclaró a tiempo y solo tuvimos unos cuantos días de retraso.

¿Cómo cambió tu relación con Scorsese desde que decidieron trabajar juntos hasta ahora con la película terminada?

La mancuerna es extraordinaria, afortunadamente. Lo que logramos con Scorsese generó una confianza absoluta. Cuando te conoces en circunstancias tan difíciles y logras salir adelante se fortalece mucho ese vínculo. Me invitó a producir Irishman, misma que Rodrigo fotografiará.

¿La filmación en locación representó algún reto particular?

Cuando me dieron el plan de producción noté que había más de 22 países representados en el crew. Teníamos gente de todo el mundo, de todos los idiomas, de todos los países grabando en un país de donde la mayoría no éramos. Conocer la isla, ir a las montañas, preparar la logística del transporte y de los tiempos representó un enorme reto.

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Cuéntanos una anécdota personal que haya sucedido durante el rodaje.

Una noche me buscó Scorsese y me dijo: “¿te gusta el Whisky?, dicen que hay uno taiwanés buenísimo, ¿lo puedes conseguir y nos echamos uno?” Entonces me moví, encontramos el Whisky y me senté con Scorsese a hablar del cine mexicano. El preguntándome a mí del cine mexicano; hablamos de Enamorada de María Félix y hablamos de otras producciones de la época de Oro.

Después de ver el resultado final, ¿hay algo que habrían hecho de manera diferente?

Quizá de lo que me arrepiento es posterior al rodaje, más bien ya terminada la película y cuando me tocaron las negociaciones con Paramount para la distribución en Estados Unidos. Me arrepiento quizá de no haber sido más exigente con ellos; lo fui, pero me faltó. No entendieron Silence y no supieron como distribuir; traían otros proyectos y me parece que descuidaron una obra que pudo tener mayor alcance en ese país. A pesar de que en el resto del mundo le está yendo muy bien, me parece que en Estados Unidos fue mucho más complicado y más lento.

¿Tienes algún plan de trabajar con Rodrigo nuevamente en el futuro?

No tenía ese plan, pero desde que fue nominado yo creo que voy a buscar más a Rodrigo, –risas- no te creas, desde Taiwán hemos hablado de proyectos juntos. Para mí sería un privilegio y yo siempre estoy buscando gente, por supuesto talentosa, pero también profesional, generosa, sensible y que sea apasionada de hacer una gran obra cinematográfica, y eso lo encuentro en Rodrigo, entonces yo feliz si lo logramos.

¿Existe alguna historia que te gustaría contar?

La que yo traigo en el radar es la historia de la Conquista. Hernán Cortés y la Conquista. Y es un tema que ya vengo desarrollando y platicando. Hay avances y ojalá se logre.

¿Qué proyectos tienes a futuro? 

Professor and the madman, con Mel Gibson y Sean Penn, ya en postproducción. The Irishman por filmarse en verano y varios proyectos en desarrollo tanto en Estados Unidos como en México pero esos aún no los puedo anunciar.