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Bodegas Emilio Moro, tres generaciones de tradición vinícola

Emilio Moro es una de las bodegas más reconocidas a nivel mundial por su variedad de etiquetas con Denominación de Origen (D.O.) Ribera del Duero. Está ubicada en Valladolid, España, región representativa de la uva tempranillo, y cuenta con tres generaciones de tradición vinícola, garantizando la calidad de sus vinos. Fue fundada por Emilio Moro, en honor de quien la bodega recibe su nombre, y actualmente es dirigida por su nieto, José Moro.

En entrevista con José Moro, nos contó sobre la tradición vinícola de su familia, los aspectos que distinguen a sus vinos y los nuevos proyectos en los que han incursionado recientemente, incluyendo la producción de vinos ecológicos, como La Felisa, y blancos con D.O. del Bierzo, como La Revelía y El Zarzal.

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Foto: Cortesía
Cuéntanos sobre el comienzo de la tradición vinícola en tu familia.

Mi abuelo inició y le transmitió su pasión a mi padre, quien nos la transmitió a los miembros de la tercera generación. En realidad, ellos se dedicaban al negocio del vino, pero vendí anagranel. Fue en los años ochenta que apareció la Ribera del Duero como Denominación de Origen, lo cual causó una auténtica revolución en la industria del vino en España. Fue a partir de ahí que nosotros, la tercera generación de Bodegas Emilio Moro, decidimos profesionalizar el negocio que había sido la forma de vida de mi padre y de mi abuelo. Así que empezamos a desarrollar la bodega para producir más vino y de mejor calidad.

Creo que lo más bonito es que la tradición vinícola se ha mantenido durante generaciones en mi familia. Desde que era un niño, me involucré en el mundo del vino y eso originó una gran pasión en mí.

¿Recuerdas cuál fue tu primera experiencia con el vino?

Sí, me estoy viendo de niño, sentado en un madero, con una goma en mano que usábamos para sellar las botellas de vino, una a una. A mí no me agradaba nada estar ayudando a embotellar, prefería estar jugando con mis amigos en la plaza del pueblo. Pero hoy en día esas experiencias me hacen gracia, y me producen satisfacción y felicidad. Son ese tipo de recuerdos los que me dan fuerza y pasión para seguir avanzando.

Sabemos que, para ti, los pilares del éxito son tradición, innovación y responsabilidad social. ¿Cómo se ven reflejados estos pilares en Bodegas Emilio Moro?

La tradición viene dada, porque hay una historia detrás de la bodega y hemos ido contando esa historia generación tras generación, transmitiendo la cultura y la pasión por el vino. Pero ha habido un cambio generacional entre mi abuelo, mi padre y yo. A la tercera generación nos tocó hacer un negocio más moderno e implantar nuevas técnicas para seguir adelante.

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Foto: Cortesía

Es ahí donde entra la innovación. Personalmente, siempre he estado a favor del conocimiento y, desde que llegué a la dirección, me he asegurado de tener acuerdos de colaboración con universidades, desarrollando proyectos nuevos constantemente. Estamos en pos de reforzar lo que tenemos, de conocer más nuestra tradición y mejorar.

Las técnicas de elaboración han cambiado absolutamente. Antes, hacíamos las cosas por intuición, por ejemplo, veíamos que la viña tenía un mal color, o menor vegetación, por lo que intuíamos que podía tener una enfermedad. Hoy, tenemos un control de los viñedos vía satélite. ¡Todo ha evolucionado muchísimo! No tienen nada que ver esos vinos que hacían mi abuelo o mi padre, potentes, robustos y rústicos, con los que hacemos ahora.

Además, quiero llevar esta innovación más allá, hasta el punto de crear un sistema digitalizado con todos los datos que tenemos de vinicultura, para buscar el algoritmo perfecto de cada vino, es decir, la huella de lo que es el Emilio Moro, del Malleolus, o cualquier otro vino, e incluso algún día poderlos producir sin la influencia del hombre. Hoy en día, para tomar decisiones sobre el vino tenemos que catarlo, pero a mí me gustaría tener suficientes datos de análisis sobre la viña, la tierra, las condiciones climatológicas, los procesos de fermentación, de absolutamente todo lo necesario para hacer un buen vino, sin que los humanos tengamos que intervenir.

Otro pilar fundamental es la responsabilidad social. Nosotros tenemos la fundación Emilio Moro, que considero la expresión de la forma de ser de la familia Moro. Trabajamos sobre el eslogan “El vino ayuda al agua” y hemos financiado muchos proyectos con respecto a este tema en países como Sri Lanka, Nicaragua y Perú. En México llevamos tres años trabajando con una fundación que se llama Cántaro Azul, para llevar agua potable a las escuelas del país, sobre todo en las zonas más desfavorecidas.

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Foto: Cortesía
¿Qué distingue a los vinos de Emilio Moro?

¡Buena pregunta! Desde la primera generación hemos ido injertando nuestros vinos con ese clon exclusivo que tenía mi abuelo, que es Tempranillo, pero tiene una morfología diferente al tempranillo regular, ya que las uvas son más pequeñas y los racimos más sueltos, lo que hace que nuestros vinos sean más concentrados.

Por otro lado, tenemos nuestras propias levaduras para fermentar, que hemos seleccionado cuidadosamente para obtener las características que buscamos. Estas levaduras re- presentan la esencia de nuestros viñedos más viejos, que le dan una personalidad muy característica a cada vino, independientemente de la añada.

Además, conjuntamos tres factores muy importantes para crear un buen vino: los insumos adecuados, un proceso respetuoso y el conocimiento de los gustos del mercado. Todo esto hace que Emilio Moro sea diferente a otras bodegas.

¿Cuáles son sus productos destacados?

Todos tienen su protagonismo, desde la gama más joven, que es Finca Resalso, o Emilio Moro, que es un vino medio, y luego la gama más alta que se com- pone por Malleolus, Malleolus de Valderramiro y Malleolus de Sanchomartín, con una producción de vinos muy limitada que corresponde a viñedos de 60 a 90 años. Cada uno tiene su personalidad, pero todos muestran la esencia de la bodega.

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Foto: Cortesía
¿Cuál es tu vino favorito y cómo sueles disfrutarlo?

¡Es que no hay favorito! Cada vino tiene su momento. Ahora mismo me bebería La Revelía, un vino blanco que empezamos a hacer recientemente con una variedad de uva que se llama godello. Lo que quiero es un vino que me dé frescura y amabilidad, y eso es precisamente lo que caracteriza a La Revelía. Pero más tarde, o mañana, en otra situación, dependiendo de cómo estén mi cuerpo y mis emociones, seguramente elegiré otro vino.

¿Qué nos puedes decir de tu incursión en los vinos ecológicos?

Este año hemos sacado el primer vino ecológico de la bodega. Se llama La Felisa, en honor a mi madre, y es un homenaje a la mujer del bodeguero. De hecho, la foto que aparece en la botella es del viaje de novios de mis padres, en 1957. Lo que queríamos era emular la rusticidad de los vinos que hacían mi abuelo y mi padre, ¡y lo hemos logrado! Es ecológico porque está hecho con uvas que no han sido expuestas a ningún tratamiento químico. Todo tiene que ser natural. Además, es un vino sin sulfitos,
que no significa que sea mejor ni peor, sino simplemente que lo podrán beber las personas que no toleran los sulfitos.

¿Y sobre Bodega Cepa 21?

Cepa 21 es un proyecto que nació porque queríamos hacer un vino con D.O. Ribera del Duero que tuviera una personalidad distinta a los de Emilio Moro. Al final, lo que marca la personalidad de un vino es el viñedo, en donde está situado, cuánto sol tiene, etcétera. Yo quería un vino con más fruta, con más seriedad, un vino de corte más moderno. Entonces, busqué una finca donde se dieran estas características, con viñedos orientados al norte, contrario a los de Emilio Moro que tienen orientación al sur.

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Foto: Cortesía
¿Por qué crees que sus vinos son atractivos para el mercado mexicano?

El mercado mexicano es muy fuerte para nosotros. Hay una conexión perfecta entre la bodega y el consumidor mexicano, por temas históricos y culturales que España y México tienen en común. Nos entendemos bien, así que creo que aún tenemos mucha oportunidad de crecer en este mercado.

¿Cómo pinta el futuro para Bodegas Emilio Moro?

Definitivamente, consolidar los proyectos que tenemos, seguir innovando y trabajar comercialmente para que la mar- ca se haga cada vez más fuerte.

www.emiliomoro.com

FACTS

  • Actualmente, los vinos de Bodegas Emilio Moro se exportan a más de 66 países.
  • Han entrado en el Top 100 de The Wine Spectator, una de las principales revistas vinícolas a nivel internacional.
  • Todas las etiquetas están a la venta en México.

Fotos cortesía de Bodegas Emilio Moro