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Entrevista con José Manuel López Velarde, director de la obra de teatro 1985

El libro 1984 de George Orwell incrementó sus ventas desde el momento en el que Donald Trump ocupó la oficina oval, esto como consecuencia de las políticas confusas que el presidente impone tanto nacional como internacionalmente.

Robert Icke y Duncan Macmillan hicieron una adaptación de la obra 1984, de George Orwell, que ahora será dirigida por José Manuel López Velarde, quien creó un universo alrededor de un texto que saca a relucir el totalitarismo de un gobierno que se instaló en un futuro, ahora pasado, distópico. López Velar- de busca transmitir el sentimiento orwelliano de la obra, mientras hace contrastes con el 1984 que sí se vivió y la tecnología actual, sin censurar la crudeza de la novela misma.

Cuéntanos sobre tu tra- yectoria.

Pues soy director y escritor de teatro, empecé jugando con mis hermanos y primos a hacer teatro y eso me ayudó a tener muy claro que quería contar historias. Desde ahí mi vida dio una gran vuelta y empecé a aprender distintas cosas, primero estudié comunicación, después música y empecé a hacer teatro, a escribir mis propias cosas. Me fui empapando de muchas cuestiones de multimedia entre otras que resultaron muy interesantes, porque me llevaron a conocer muchos aspectos de producción; no me quedé sólo en la dirección, sino que me familiaricé con todo el proceso que lleva una producción, ya después dejé a un lado la publicidad y la producción para dedicarme de lleno al teatro.

¿Cómo decides qué historias quieres contar en tus obras?

La verdad es que tiene una parte muy de entraña, de que haya algo ahí que encuentre y que de primera instancia me llame la atención. Por lo general, resulta que en teatro son obras que el hacerlas no implica sólo dirigir actores, poner una escenografía realista y asegurarte de que esté bien actuada o bien contada; es más sobre crear universos y eso es lo que más me gusta, inventar universos nuevos desde lo estético, discursivo y actual. A veces leo obras de teatro que me gustan mucho, pero sólo tengo que asegurarme de que estén bien hechas, lo que más me interesa es crear un universo. También hay temáticas que tienen que ver, sobre todo, con la identidad, creo que es algo muy recurrente en las obras de teatro que escribo y dirijo. Esa posibilidad de ser quien eres, de descubrirlo. También muchas obras que hago tienen que ver con personajes a quienes el mundo les dice qué tienen que ser, y ellos se encuentran a sí mismos, a pesar de eso.

¿Alguna vez has decidido no montar en escena una obra?

La verdad, hasta ahora no he aceptado una propuesta que tenga sólo que ver con el negocio, busco que realmente tengan algo que contar y también que los personajes por más horribles o buenos que sean, que el tema y la tesis de la obra pongan un granito de arena al mundo. Me parece que el discurso es muy importante y jamás haría una obra de teatro con cuyo discurso no esté de acuerdo o crea que no aporta algo.

¿Qué te llevó a querer hacer la obra 1984 de George Orwell?

Es un libro que primero conocí como una adaptación muy libre que se llama Brasil, de Terry Gillam, es una de mis películas favoritas y después descubrí que era una adaptación de 1984. El 1984 que imaginó Orwell en 1949 lo reinterpreto, lo envuelvo un poco y lo confundo con el 1984 que sí vivimos en cuestiones de tecnología y demás. En el 2019 que estamos viviendo hay personas que la llaman profética y a mí me parece que es un espejo en el cual reflejarnos, es un cuento precautorio de a dónde podemos llegar o hasta dónde hemos llegado. Me parece que es una obra que a pesar de parecer bastante desesperanzadora, no lo es cuando descubrimos que en una sociedad como la que describe Orwell no podríamos siquiera leer ese libro.

¿Cuál fue el proceso para poner esta obra en escena?

Ha sido un proceso largo. Leí la obra de teatro y me llamó la atención desde que Trump estaba por ser presidente de EEUU. Cuando estaba en campaña me pareció muy resonante por lo que pasaba el mundo, entonces nos dimos a la tarea de conseguir los derechos del texto de Robert Icke y Duncan Macmillan. Hace dos años íbamos a presentar- lo, pero se fue complicando y ahora ya estamos aquí, estrenamos en Guadalajara en el Conjunto Santander de Artes Escénicas y posteriormente estaremos en el Helénico de estamos entrando a la semana 12 de ensayos en salón y en teatro, es una obra con un grado de complejidad bastante alto en cuanto a video, sonido, luz, escenografía y actuación.

La obra, representada en Inglaterra y Nueva York, tuvo reacciones muy viscerales del público. ¿Qué reacciones esperas del público mexicano?

No lo sé, la verdad es que es- pero que sí les impacte, les haga pensar, los confunda y que produzca conversaciones. Quiero que la obra se quede en sus cabezas por un tiempo, que genere un diálogo interior o con más personas; no es una obra de teatro aleccionadora ni que de respuestas concretas, al contrario, deja muchas preguntas abiertas y eso me parece que la hace mucho más interesante.

¿Consideras que los te- mas que maneja Orwell en su novela son relevantes a la situación política actual de nuestro país?

Por supuesto, la incapacidad de saber exactamente qué es verdad, la manipulación de la información, los “yo tengo otros datos”, el apoyo absoluto a un líder sin cuestionarlo y la vigilancia no sólo de México sino en todo el mundo. Esta obra por lo que más es reconocida es por la vigilancia, el Big Brother que nos observa, creo que para mí el enfoque de esta versión que estoy haciendo está implícita en el texto de Icke y Macmillan, es la incapacidad actual de poder saber qué es cierto y qué no.

Además de esto que mencionas, ¿qué otros temas crees que tengan resonancia en nuestro país?

La siempre inminencia de un Estado totalitario, el fanatismo religioso y de gobiernos, la vigilancia, la manipulación de las noticias; Orwell se imaginó tele pantallas que observaban y espiaban a todo el mundo en contra de su voluntad y hoy en día todos tenemos un Big Brother en el teléfono, en la computadora y nosotros mismos nos estamos transmitiendo a los Estados y a las corporaciones. Hoy Big Brother somos nosotros mismos, eso es interesante de contrastar con la obra de Orwell.

¿Qué es lo que más te gusta de la historia que cuenta Orwell?

Lo que más me gusta, hoy en día, es el objetivo y el enfoque que le estoy dando, que tiene que ver con una sociedad en la que la gente puede creer más en lo que le dicen que en lo que ve con sus propios ojos.

CIUDAD DE MÉXICO
Centro Cultural Helénico
18 de julio al 8 de septiembre

Texto por Daniela Jiménez