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Jack Mcgarry  Sean Muldoon

Bushmills, el tradicional whiskey irlandés, trae a México a Jack McGarry y Sean Muldoon, dos mixólogos y emprendedores provenientes del Irlanda del Norte, que se han dado a conocer mundialmente gracias a su premiado bar The Dead Rabbit. Se trata de un Irish pub ubicado en la ciudad de Nueva York, que ha sido nombrado como uno de los mejores bares del mundo. Ha atraído a miles de locales y extranjeros en busca de sus legendarios cocteles que regresan siempre por la experiencia única e integral que ofrece el afamado bar.

La idea de esta colaboración es celebrar el espíritu de la llamada Isla Esmeralda. Además, quieren transmitir un poco de la cultura irlandesa a los mexicanos. En entrevista con Jack y Sean, nos contaron sobre sus antecedentes, nuevos proyectos y el secreto detrás de la creación de un World’s Best Bar.

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¿Cómo llegaron a ser mixólogos profesionales y copropietarios de uno de los mejores bares del mundo?

J: Lo cierto es que yo me topé con esta industria por accidente. Cuando tenía 15 años, mis padres me dijeron que era momento de conseguir un trabajo y dejar de pedirles dinero. Así que empecé a trabajar en pubs locales en Belfast, que eran de mi primo, y ahí conocí a un bartender que realmente me impresionó. Fue él quien me dijo que, si me gustaba esta industria, entonces tenía que conocer a Sean y ver todo lo que estaba haciendo, que él era el mejor. Mi filosofía es que cuando haces algo, lo tienes que hacer al 100%, así que busqué a Sean y terminamos trabajando juntos.

S: Me involucré en la escena de los bartenders a principios de los 90. Siendo joven, decidí empezar en los bares porque pensé que era un trabajo en el que podría aprender mucho y que también me permitiría viajar. Puedes ser un bartender en donde sea, así que tenía la oportunidad de conocer muchos países. Pero la verdad no me lo tomaba muy en serio, tenía la mentalidad de un estudiante y para mí, solamente era un trabajo provisional, hasta que llegara algo mejor.

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Fue en 1998 cuando decidí tomar- me esta carrera seriamente y llevarla lo más lejos que se pudiera. Dejé de trabajar en pubs locales y fui en busca de los mejores bares en todo Irlanda del Norte. También viajé a Londres, porque se decía que ahí estaban los mejores bares de coctelería de todo el mundo. Gracias a mi experiencia, pude empezar mi propio negocio de consultoría en mixología, con el que llevé muchos bares nuevos a posicionarse en el mercado y ganar premios.

Pensé que ya había llegado lo más lejos que podía en Irlanda, e incluso consideré renunciar a mi trabajo, cuando abrieron un hotel de cinco estrellas en Belfast, Merchant Hotel, y me llamaron para ayudarlos con el posicionamiento de su bar. Este fue el bar donde conocí a Jack, y el resto es historia.

¿Qué es lo que más les interesa de la industria de la coctelería?

J: Me gusta la coctelería, pero lo que más me interesa es crear el concepto de un bar. Cuando abrimos The Dead Rabbit, lo que queríamos era desafiar el status quo de un pub irlandés, porque en Norteamérica los ven como sport bars, pero en realidad no se parecen a los bares que tenemos en Irlanda. Lo que hicimos fue resucitar el concepto de un Irish pub y traerlo al siglo XXI, así que nuestro enfoque está en mantenernos actuales. Para mí, se trata de eso, de hacer ruido, ser disruptivos, retar a las personas y retarnos a nosotros mismos para llegar cada vez más lejos, sin miedo a tomar riesgos. Hacer un coctel es muy simple, pero para mí va mucho más allá.

S: Hace algunos años se trataba solamente de los cocteles, pero hoy es todo lo demás: la música, la iluminación, las instalaciones y todo lo que compone el bar. Por supuesto, puedes tener excelentes cocteles, pero todo lo demás que tengas en el bar tiene que ser igual de bueno.

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En su opinión ¿qué hace a The Dead Rabbit tan extraordinario?

J: La clave es nuestra obsesión por los detalles. En Nueva York hay muy buenos cocteles y muy buenos bares, pero no en todos tienen la misma atención al detalle de nosotros. Nos fijamos mucho en las instalaciones, los aro- mas de cada área, los uniformes del staff , las fotos sobre las paredes, incluso el jabón que usamos en los baños. Analizamos todos los aspectos del bar constantemente y buscamos una mejora continua. Creo que eso es lo que nos ha llevado al éxito, nunca estamos conformes.

S: No quiero sonar arrogante, pero también agregaría que Jack y yo tenemos paladares muy educados en cuanto a coctelería, así que sabemos distinguir un buen drink. Realmente creo que los cocteles en The Dead Rabbit son mejores que los de cualquier otro bar en el mundo. Tienen mucho estilo y todos son excelentes, lo cual es muy difícil de lograr en un bar. Normalmente un bar destaca por uno o dos de sus cocteles, pero no todos van a ser igual de buenos. Nosotros hemos logrado esa consistencia en nuestra carta de coctelería.

¿Y qué hay de su nuevo bar, Black Tail?

J: Tiene un concepto muy distinto. De hecho, la razón por la que creamos Black Tail es porque no queremos que nos encasillen en una sola categoría. No nos gusta que nos definan y en Nueva York ya nos empezaban a conocer únicamente como “los dueños de un pub irlandés”, así que decidimos sorprenderlos. Es un concepto inspirado en Cuba, pero de al- guna forma también se relaciona con Estados Unidos e Irlanda.

S: Algo que tienen en común ambos bares es que se relacionan con la ciudad de Nueva York. Es cierto que The Dead Rabbit es un Irish pub, pero tiene ese nombre por los “Dead Rabbits”, una pandilla irlandesa que solía recorrer las calles de Lower Manhattan. Es lo mismo con Black Tail, es un bar cubano, pero tiene una historia relacionada con la Gran Manzana. Los “black tails” eran pequeños aviones que se utilizaron durante la Primera Guerra Mundial y, al terminar la guerra, se convirtieron en aviones para pasajeros que frecuentemente realizaban la ruta de Nueva York a La Habana. Se les llamaba así porque tenían la parte trasera pintada de negro, por lo que era muy fácil reconocerlos aun cuando estuvieran en las alturas. Si solo hubiéramos abierto un bar cubano que no tu- viera ninguna relación con Nueva York, no sería lo mismo.

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Hablemos de su colaboración con Bushmills. ¿Qué es lo que más les gusta de este whiskey?

J: Para empezar, la destilería está en Irlanda, en el mismo lugar en el que ambos nacimos. Conocemos la marca desde hace tiempo y tenemos un fuerte enlace emocional con ella. Es un whiskey increíble y tiene mucha historia, además de que es muy versátil para la coctelería.

¿Cuál sería el coctel ideal para preparar con Bushmills?

S: Un Irish Coffee, varios tipos de shaken drinks o un Old Fashioned. Queremos demostrar la versatilidad de este whiskey.

J: Definitivamente, un Irish co ee es perfecto. Es una bebida que ha sido subestimada, las personas la ven como algo que únicamente tomas en Saint Patrick’s Day o cuando quieres sentirte como un irlandés, pero en verdad es uno de los mejores cocteles del mundo.

Hay muchas formas de hacerlo, pero a nosotros nos gusta prepararlo con Bushmills Original o Bushmills Black Bush. La combinación con el café, el azúcar y la crema lo hace perfecto y fácil de disfrutar. ¡Te puedes tomar unos 5 o 6 sin darte cuenta!

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Si su vida fuera un coctel ¿qué ingredientes tendría?

J: Bueno, tendría que tener un whiskey irlandés. De hecho, creo que el Irish Coffee es la bebida perfecta para representar quienes somos. Está compuesto por una parte de oscuridad, que sería el café, pero también tiene cierta suavidad y dulzura. Refleja muy bien el contexto en el que crecimos y nuestras personalidades.

S: Para que quede más claro, el vaso de Irish coffee se divide en seis partes. Tres de ellas son el café, que representa la oscuridad y las dificultades. Una parte es el whiskey, el espíritu irlandés, y otra más es el azúcar, que sería la dulzura en la vida. Al final, se agrega una parte de crema, que es la suavidad. Es la capa de hasta arriba, porque es la primera impresión que damos, pero si nos conoces bien entenderás que hay una historia más profunda. Todas las partes juntas conforman el Irish Coffee, que para nosotros es igual a felicidad.

Jack Mcgarry  Sean Muldoon - the-dead-rabbit-exterior

D. 30 Water Street, Nueva York
T. (646) 422–7906
P. www.deadrabbitnyc.com
@deadrabbitnyc

Texto por Sofía Gutiérrez
En colaboración con Bushmills
www.bushmills.com
@bushmillsmexico
Fotos cortesía de Bushmills y The Dead Rabbit