“THE STRONGEST OF THE STRANGE”
you won’t see them often for wherever the crowd is they are not. these odd ones, not many but from them come the few good paintings the few good symphonies the few good books and other works. and from the best of the strange ones perhaps nothing. they are their own paintings their own books their own music their own work. -Charles Bukowski
“El pequeño Luis siempre fue muy travieso e hiperactivo. Era la antítesis del deporte”, explica el mexicano sobre sí mismo, “a los 12 años, cuando empecé en una clase de natación de adultos y yo era el niño, ahí descubrí el cigarro. Me decían ‘El buches de humo’”.
Luis Álvarez era vicioso, tenía sobrepeso, era mal estudiante y no hacía absolutamente nada. Hoy es el único hombre en el mundo que ha hecho todos los Ironman de la historia, ha subido las siete cumbres más importantes del globo y, además, es un empresario muy exitoso.
A sus 23 años, todo cambió. Después de una clase de educación física en el Tecnológico de Monterrey, tuvo su primer fracaso en la vida: no pudo ca- minar ni 2.5 kilómetros en una prueba de resistencia llamada Test de Cooper. A partir de ahí comenzó a coleccionar retos, “mi primer objetivo fue hacer una carrera de 10 kilómetros en los siguientes cuatro meses”. Fue así como poco a poco, le fue agarrando el sabor al deporte.
Su segundo reto fue correr 13 maratones en un año, “esa fue mi primera experiencia de romper el paradigma de lo que podía hacer”. Del maratón pasó al triatlón y después al Ironman, en donde, como él dice, resultó ser bueno. Hoy suma más de 150 de ellos y está migrando a otros desafíos como el alpinismo o la natación en aguas abiertas.
Es bien conocida la historia de Luis, quien además de ostentar un récord mundial de Ironman, tuvo una experiencia traumática en el Monte Everest que, afortunadamente, terminó siendo una historia victoriosa. “Sufrí una ceguera a los 8,300 metros y sobreviví. Era de vida o muerte y era más fácil morir que seguir”. Sin embargo, eso no frenó al mexicano que sigue desafiando sus propios límites cada vez que puede.
Una de sus próximas aventuras –marcada por su infortunio en la cumbre más alta del mundo– es hacer varios Ironman en equipo con Marcos Velásquez, un deportista ciego. “Me da satisfacción apoyar a personas con alguna discapacidad. Prefiero terminar el Ironman con él que solo”. Por otra parte, Álvarez quiere seguir huyendo de su zona de confort. “Quiero hacer mis primeros 10 kilómetros nadando y después llegar al máximo evento en ese rubro que es, por supuesto, cruzar el canal de la Mancha”, confesó Luis, “también quiero darle la vuelta a Manhattan nadan- do, que son 45 kilómetros en aguas gélidas sin un wetsuit”.
Todas estas vivencias se han convertido en herramientas para Luis Álvarez, las cuales comparte en sus conferencias llamadas “Rompiendo paradigmas”. “Trato de motivar a la gente para que descubra cuál es su Ironman, su Everest, su montaña y que le eche todas las ganas”, expresó el mexicano, “que un gordito que no hacía nada hizo un récord mundial”.
La pasión es un ingrediente imprescindible en todo lo que hace Luis. Insiste en que “si no estás a gusto con tu trabajo, ¡pues renuncia! No hagas nada de lo que no estés convencido, nada con lo que no te sientas comprometido, no te engañes a ti mismo”. Está seguro de que todo trabajo hecho con pasión no es trabajo. Que eventualmente, recibirás una retribución económica porque cuando lo haces con pasión, lo haces bien.
“Me preguntas ¿qué es mejor, hacer muchas cosas a medias o pocas cosas bien? Creo que hay que hacer muchas cosas bien”, dijo entre risas, “no hay opción”. Luis tiene un lema –un poco redundante– que repite a quienes le siguen: “haz lo mejor que puedas, de lo que puedas, todo el tiempo, y si no se puede, no se puede”.
Luis no solo se destaca en los Ironman, sino que su talento está en hacer múltiples actividades con rigor. “Soy una persona ordinaria haciendo cosas extraordinarias. Pero no soy extraordinario. No soy ninguna eminencia en ninguno de los deportes. El deporte lo agarré de hobby, y como consecuencia, me volvió ordenado, disciplinado, me bajó de peso, me volvió sano, pero ese no era el objetivo. Mi objetivo era trabajar, sacar adelante la empresa”. El mexicano, además de deportista, es empresario socialmente responsable, padre de familia y una persona muy espiritual.
La empresa es una de las aristas más importantes en la vida de Luis, ya que siempre le ha dado prioridad a crear la estabilidad que le permitiera mantener una familia y hacer las cosas que quiere. “Somos los generadores. En mi caso, si no trabajo, estoy dejando sin empleo a 500 personas que están en mi empresa. Entonces yo creo que es nuestra obligación trabajar, generar empleo y riqueza. No para ti, riqueza para el país”. Álvarez trabajó 35 años en SAG-Mecasa del sector industrial, de los cuales 15 fue el CEO.
Para lograr ordenar cada faceta de su vida, el hombre de acero tiene algunas reglas que cumple con cada obstáculo que se le atraviesa: la puntualidad, la disciplina, la pasión, la ética y el compromiso consigo mismo y con los demás, componentes que lo han encaminado al éxito. El gimnasio en donde entrena habla mucho de su forma de ser, pues junto a sus máquinas de ejercicio y alberca con motor, tiene una pantalla para ver películas y un escritorio para trabajar mientras se ejercita.
En su trayectoria, que compa- ra con una montaña, ha tenido altibajos que enfrenta con convicción. “Estar en la montaña te ubica, recuerda al ser humano lo chiquito que es. Es un excelente maestro en ubicarte y saber lo que tienes en la vida”. Según el empresario, esta experiencia nos hace personas más agradecidas en el día a día. “Si la naturaleza dice no, es no. Ese tipo de cosas te da lecciones que no te da un ambiente controlado, como es el Ironman. En la montaña no tienes nada com- prado y nada controlado”.
Luis Álvarez compara las vicisitudes de la vida con la monta- ña, e insiste en que es más importante disfrutar el recorrido mientras tienes en la mente la cima para que tu vida no pierda sentido. “Yo creo que la cima de la vida es cuando estás apunto de morir, satisfecho, dejando un legado, dejando una familia que disfrutó contigo y diciendo ‘no me arrepiento de nada de lo que he hecho en mi vida’. Eso sería la cima de una montaña de la cual ya no bajas”.
IG. @luisalvarezironman
FACTS
- Luis Álvarez ha recorrido más de la mitad de la circunferencia del planeta, sumadas todas sus participaciones en competencias.
- Su Ironman número 100 fue muy especial: lo hizo con su hijo de 18 años, para quien era su primer Ironman.
Texto por Camila de la Fuente
