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Peter Glassford e Isabel Moncada

La pareja busca el equilibrio creativo en sus piezas. El arte y el diseño son disciplinas fronterizas. Eso creen Peter Glassford, artista y diseñador estadounidense tejano y su esposa Isabel Moncada, también artista y diseñadora, nacida en Guadalajara. Ambos comenzaron con la escultura y mantienen distintas perspectivas de la vida, a pesar de que en el camino juntaron fuerzas.

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“Tenemos algo en común: los dos incursionamos en el mundo del arte antes del diseño”, explicó Glassford, “ser observador me llevó –inconscientemente– a una carrera de diseñador que muchas veces no quise, pero que ahora arropo. Evolucioné por no querer pelear contra mis instintos, estoy creando muebles porque me sentí obligado a hacerlo”.

Dedicó su vida al arte por muchos años, pero después descubrió que su inclinación hacia el diseño era más poderosa y que México era el lugar ideal para hacerlo. Encontró un carpintero llamado Pedro y junto a su tocayo latinoamericano experimentó con distintas piezas de mobiliario que tuvieron mucho éxito en la industria estadounidense. En esta aventura iniciada en Guadalajara en 1996 se enamoró de la carpintería, y tiempo después, también de Isabel Moncada.

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Desde el inicio, los unió el arte y el diseño, cuando Isabel encontró en redes sociales una lámpara creada por Peter muy parecida a una que ella había hecho recientemente. La sincronía y la casualidad los cruzó en una relación laboral y de colaboración que luego se transformó en algo sentimental. Fue así como Peter e Isabel comenzaron a crecer artísticamente en una sola dirección.

La artista tapatía estudió psicología por una inquietud filosófica, pero además, aprendió de forma autodidacta a hacer esculturas y practicó otras disciplinas artísticas con diferentes creativos de renombre. Moncada afirma que siempre le ha interesado oscilar entre las fronteras; que a través de la observación detallada le gusta crear elementos difusos que no son ni una cosa ni la otra, quedando completamente abiertos a interpretaciones. Por ejemplo, algunas de sus lámparas expuestas en la feria MACO pueden parecer huesos, cuernos o ramas, pero según la artista, no son ninguna de las anteriores.

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“Eso es lo que me une a Peter, que es de la frontera: no es ni gringo ni mexicano, pero lo es todo a la vez. Tiene mucho de los dos y me encanta que no sea ningún estereotipo”. Además manifestó que el estadounidense comprende a la perfección la cultura mexicana, “él me ha hecho apreciar muchas de las cosas que amo de mi país”. Glassford es conocido por sus muebles y famosos collages gigantes hechos de elementos imperfectos –maderas, cueros y muchos materiales– que, unidos, cuentan una historia. “Se puede pensar que es una metáfora, como una vida: vas colocando una piedra y luego otra, es el azar”. Le llaman mucho la atención las imperfecciones en el arte y el diseño, razón por la cual está completamente fascinado con la cultura mexicana.

En cambio, Isabel trabaja con arte utilitario y es reconocida por sus peculiares lámparas. “Tiene que ver con una situación hasta espiritual, es como un poder: prendes la luz y ves lo que estaba oscuro”. Le interesa el “ser iluminado” y el origen de la creatividad; con su obra ahonda en temas filosóficos que involucran la luz. Sin embargo, la diseñadora explicó que aunque la función principal del objeto no sea iluminar, puede ser más trivial, ya que a veces la pieza está ahí brillando solo para voltearla a ver. Le gusta controlar el nivel de banalidad que pueden tener sus candiles.

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El estadounidense y la mexicana tienen maneras de ser muy diferentes. Peter es más serio y proviene de una cultura y familia estructurada, pero busca el caos y la imperfección en sus obras; su trabajo es más sobrio y masculino. En cambio Isabel, es más luminosa y procede de una familia y cultura desestructurada, pero busca el orden; su trabajo es más femenino y retórico. Las dos fuerzas contrarias forman un equilibrio armónico en el arte, en el diseño y en su relación.

Su trabajo se ha expuesto en Zona Maco en varias ocasiones: la primera vez separados y la segunda con sus poderes combinados, teniendo un mejor resultado frente al público. Los muebles y la madera de Peter Glassford arropan al espectador, pero la iluminación de Isabel Moncada llama la atención y le da calidez al espacio. Buscan hacer un equipo equilibrado para superar el reto de enfrentar sus maneras distintas de mirar el mundo y combinarlas en sus trabajos.

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“Nosotros estamos en un proceso muy interesante y muy bonito de unión de nuestras disciplinas que juntas dan más”, declaró Isa- bel Moncada, “cada reto es algo que también nos llena a nosotros como proyecto de pareja y es muy bonito, porque los dos somos muy apasionados de lo que hacemos”. Isabel y Peter empujan las fronteras juntos, tomando riesgos y alcanzando metas cada vez más altas que harán que nos enamoremos de su trabajo.

P. www.glassfordmoncada.com
IG. @glassfordmoncada

Texto por: Camila de la Fuente