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Yaroslav Smirnoff, ciudadano del mundo

A sus 23 años de edad, Yaroslav Smirnoff ha visitado 140 países en todos los continentes. El joven ruso lleva más de cinco años viajando sin parar y se considera a sí mismo un ciudadano del mundo, pues hasta ahora no tiene planes de quedarse en un solo lugar. Desde el inicio de su travesía, decidió nanciar sus aventuras por medio del intercambio, sin la necesidad de usar dinero. Además de sus viajes, hoy en día dedica parte de su tiempo a los negocios y a distintos proyectos sociales. También busca motivar a las personas a crear, romper sus rutinas y vivir nuevas experiencias.

Cuéntanos un poco sobre ti, ¿quién es Yaroslav Smirnoff?

¿Quién soy? ¡Soy un desastre natural! (Risas). Nací en Siberia y viví ahí por un tiempo. Me fui de mi casa a los 15 años, algo poco común para los latinoamericanos y también para los rusos. Me dieron la oportunidad de formar parte de un programa para niños dotados, por lo que comencé la universidad a esa edad. Cuando terminé la licenciatura me mudé a Hong Kong, China, donde abrí mi propia empresa enfocada en la venta de equipo de laboratorio. Me casé cuando tenía 18 años de edad y me divorcié a los pocos meses. Por un tiempo estuvo increíble, en verdad lo disfruté, pero la rutina empezó a aburrirme. Todo fue demasiado rápido.

Entré en una depresión porque no sabía qué hacer con mi vida. Necesitaba cambiar por completo lo que estaba haciendo, nece- sitaba algo nuevo. Muchos tenemos esa idea en la cabeza de que, cuando nos sentimos perdidos, necesitamos ir a un lugar espiritual como la India o el Tíbet para encontrar las respuestas. Estando en China, puse Google Maps para calcular la distancia hasta el Tíbet y, al ver que estaba muy cerca, me dije: “¡Tengo que ir!”

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¿Ese fue tu primer destino?

Sí, exactamente. Ahí pasé seis meses, me convertí en monje e iba de un templo a otro; era un monje nómada. Fue un época increíble y también difícil. Entonces, primero fue el Tíbet y después comencé a viajar. Ahorita tengo 23 años y he visitado 140 países y todos los continentes. Mi plan es convertirme en la persona más joven que haya visitado todos los países y territorios.

¿Cuánto tiempo llevas viajando?

Como cinco años y siete meses. Ha sido sin parar, pero a veces viajo mucho tiempo dentro de un mismo país.

¿Crees que en algún momento puedas volver a establecerte en un solo lugar?

Estoy establecido en el planeta Tierra, es una gran casa para mí. No creo poder quedarme en un solo lugar porque me aburro fácilmente. Por eso es que tengo que estarme retando a mí mismo constantemente. También tengo una adicción a recolectar experiencias.

¿Cómo logras viajar sin dinero?

Nada es gratis, pero hay muchas formas de viajar sin usar dinero. Es lo que se conoce como trueque, pues intercambio mis skills por viajes.

¿Qué necesitas para viajar?

Necesitas moverte de un lugar a otro, alojamiento y comida. Por ejemplo, en hoteles y restaurantes pido noches de hospedaje o una comida a cambio de hacerles un video o un artículo sobre su negocio. Al principio fue muy difícil, pero ahora que he colaborado con importantes publicaciones como National Geographic, Forbes y Daily Mail, tengo un respaldo y la gente confía en mí.

Una vez crucé el océano desde Gran Canaria hasta Nueva Jersey, fueron cinco semanas increíbles, y sin usar dinero. Encontré en Internet un trabajo para ser tripulación de un barco y así me fui; hay muchas plataformas en las que puedes encontrar este tipo de trueques. También he hecho hitchhiking en casi todos los lugares en los que he estado, aunque a veces es ilegal o peligroso. Además, he formado buenas amistades alrededor del mundo que me invitan a visitar sus países.

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¿Qué es lo que más te gusta de viajar?

¡La gente! Las personas son lo mejor y lo peor que tiene el mundo, ambas cosas a la vez. Pero creo que al final, todos tenemos algo bueno dentro y podemos ser mejores. He aprendido mucho de otras personas. Por ejemplo, mi estancia en el Tíbet me sirvió para deshacerme de muchos estereotipos que tenía. Fue una experiencia que me abrió la mente y me hizo ser más honesto conmigo mismo, algo que considero muy importante.

¿Has tenido alguna experiencia que te haya marcado en particular?

Me perdí en uno de los desiertos más grandes del mundo, el desierto de Gobi, por separarme del grupo de personas con las que iba. Empecé a caminar solo y, después de dos horas, claro que no tenía idea de donde estaba. El desierto cambia todo el tiempo. Intenté regresar al campamento, pero no pude. Me di cuenta de que no tenía escapatoria, no había transporte, ni agua ni comida, no había nada. Comencé a grabarme, estaba reportando y llorando al mismo tiempo, porque pensaba que iba a morir. Empecé diciendo: “Mi nombre es Yaros- lav Smirnoff, este es mi número de pasaporte, el contacto de mis padres… si encuentras esta cámara, ¡estoy muerto!”. Después, resolví que tenía dos opciones: quedarme sentado y esperar un milagro o caminar hasta que no pudiera más. Durante dos días estuve caminando sin parar. Primero pensaba en lo tonto que había sido al ponerme en esa circunstancia. El segundo día, mi mente estaba en blanco, lo único que quería era agua. Más tarde, era un zombi, paso a paso; ya no eres tú, pero hay algo que te mueve, quizás el instinto de supervivencia o alguna energía.

Recuerdo que me encontré con un riachuelo de agua sucia, ¡fue el momento más feliz de mi vida! Pero cometí un segundo error, tomé demasiada agua y después de un rato, me desvanecí. Cuando abrí los ojos estaba en casa de uno de los miembros de una pequeña comunidad de musulmanes. El padre de una familia estaba pasando por el riachuelo y me encontró. En lo que me recuperaba, pasé un par de semanas con ellos en esa comunidad; se volvieron como mi segunda familia.

Esa es una de mis experiencias más memorables. Escojan un país y tal vez pueda contarles otra historia.

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¿Qué tal México?

¡Me encanta México! Ya es la quinta vez que vengo. Los mexicanos deberían de estar muy orgullosos de su país. No necesitan viajar a ninguna parte, México lo tiene todo. La gente es increíble, tienen corazón y son muy abiertos, así que es muy fácil hacer amigos que se convierten en familia. También he tenido grandes experiencias con comunidades indígenas, les recomiendo que se queden con una de ellas y conozcan cómo viven. No les gusta mentir, no tienen máscaras como en nuestra sociedad que siempre nos mostramos como alguien más, lo que hace que luego no sepamos ni quiénes somos.

Si tuvieras que elegir tres países ¿cuáles escogerías?

Es difícil escoger. En cuanto a naturaleza, me quedo con Noruega, Jordania y Etiopía. Si hablamos de la calidad de vida, para mí serían Escandinavia, Uruguay y Chile o Canadá, si quieres vivir ahí con familia. En cuanto a educación, Finlandia, Estados Unidos y Reino Unido. Para la comida serían México, Uzbekistán e Irán. Culturalmente, me fascinan el Tíbet, la India y toda la región de la antigua Mesopotamia.

¿Cuáles son tus próximos planes?

Me preguntabas dónde me quería establecer. Mi plan es ser un nómada con un mismo ciclo, es decir, cada año hacer el mismo recorrido: tres meses en México, dos en Canadá, uno en Estados Unidos, dos en China y algunos otros en el Medio Oriente. Escojo esos lugares por los proyectos en los que estoy trabajando. Estoy lo suficientemente loco para creer que puedo cambiar las cosas, que puedo hacerlas mejor. Es mi nueva misión, especialmente en temas de educación para jóvenes.

¿Qué consejo le darías a otras personas que quieren salir de la rutina?

El mensaje que quiero darle a la gente es que traten de vivir diferente, de seguir su corazón y su imaginación, sus fantasías, y que intenten hacer cosas locas, no copiar sino inventar algo nuevo. La diferencia entre los humanos y el resto de la naturaleza es nuestra capacidad de inventar algo que nunca haya existido antes. Considero que la capacidad de crear es nuestro súper poder.

Por supuesto, la cosa más importante en la vida es disfrutarla. No estamos aquí para sufrir ni para arreglar problemas, sino para ser nosotros 15 mismos y disfrutar de lo que hacemos. Por eso es muy importante seguir tu corazón, hacer lo que tú piensas que está bien sin importar lo que dirán los demás. Algo que siempre le digo a las personas es que escojan un día a la semana, todos podemos encontrar 24 horas libres, y llamémoslo nuestro “día egoísta”. Este día consiste en hacer lo que quieras. Primero, te desconectas de tu vida cotidiana, apagas tu Whatsapp, teléfono o lo que sea, y le dices a tu familia y amigos que no existes ese día, ellos lo entenderán.

Te desconectas completamente, pones tu mente en blanco y te preguntas “¿qué quiero hacer hoy?”. Entonces, simplemente haces lo que nunca te has atrevido a hacer. También intenta probar distintos círculos sociales, ve a una vecindad en la que nunca hayas estado o, si eres católico visita un templo budista, no juzgues e intenta entender. Si mantienes esta “regla” de un día a la semana hacer algo diferente durante un año, tendrás 50 historias que contar y harás muchísimos amigos. No tengas miedo a probar cosas nuevas, ¡te vas a divertir muchísimo!

IG. @yarossmirnoff

FACTS

  • El joven ruso también se dedica a la organización de tours exóticos en distintas partes del mundo.
  • Ha impartido TED Talks en Uruguay y Honduras.
  • Actualmente, Yaroslav se encuentra en México, apoyando a comunidades afectadas por los sismos recientes.

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Entrevista: Sofía Gutiérrez